La costa Atlántica sobre dos ruedas

Mamen Etxaniz, a quien ya presentamos en este post hace algunas semanas, acaba de volver de su última aventura, que ha consistido en pedalear a lo largo de una buena parte de la EuroVelo 1. La primera de las grandes rutas de la red cicloturista europea une el punto más meridional de Europa Continental, Cádiz, con el más septentrional, Cabo Norte, en Noruega. Y aunque Mamen no ha concluido la ruta, recuerda los días que ha pasado en la pista como una experiencia inolvidable. Una más de esta mujer que, entre otras muchas aventuras, ya ha recorrido en bici la Ruta 66 y la distancia que separa Atenas de su casa.

En esta entrevista nos cuenta en qué ha consistido este último viaje:

Cuéntanos un poco qué recorrido has hecho esta vez

El recorrido que he seguido es parte de la EuroVelo 1 (Ruta de la costa atlántica), que comienza al sur de Portugal y continúa hasta Cabo Norte, en Noruega. Como mi posición en el mapa me sitúa a pie de pista, a la entrada a costa atlántica francesa, decidí empezar cerca de casa, en Hendaya y terminar con la “Wild Atlantic Way” de Irlanda.

Salí de Azpeitia el día 13 de Mayo por la costa vasca hasta Zarauz, allí cogí el tren a Hendaya, desde donde empecé a recorrer toda la costa atlántica francesa. Después de 16 días de pedaleo crucé el Canal de la Mancha entre Roscoff y Plymont. Posteriormente, y tras otros 11 días por Inglaterra y Gales, crucé a Irlanda por el Canal de San Jorge hasta Rosslare Harbour, donde comencé a recorrer la costa oeste Irlandesa hasta Letterkerry.

En total han sido 50 días de viaje y 3.150 km.

¿Qué te atrajo de este recorrido? ¿Qué es lo que más te motivaba antes de salir?

Como ya os conté, el año pasado recorrí la EuroVelo 8 por las costas Adriática y Mediterránea, entre Grecia y mi casa en Azpeitia; y fue un verdadero placer, la verdad. Así que este año decidí salir desde casa y recorrer la costa atlántica. Parte de ese recorrido ya lo hice hace dos años como preparación para la Ruta 66, de la que también os hablé. En esta ocasión quería ir más al norte todavía. Además, viendo que se avecinan cambios en Europa pensé que era un buen momento para recorrer Inglaterra.

El recorrido de la EuroVelo 1 termina en Cabo Norte (Noruega) y la verdad que me motivaba mucho llegar hasta allí arriba, pero esta vez no pudo ser, lo dejo para la próxima.

De este viaje me ha atraído mucho Irlanda, su lengua universal, que es la música, su gente, su afán por preservar su identidad diferenciada de la inglesa… Además me atrae mucho el mar, y más cuando paso el invierno en las montañas. Para mí es un verdadero placer; el horizonte de un mar abierto interminable surte en mí un efecto relajante impagable.

¿Llevas un plan muy cerrado, un objetivo muy definido? ¿O te dejas llevar por lo que más te apetece en cada momento

Cuando viajas en bicicleta es muy difícil llevar un plan cerrado. Cada día es una incógnita, bien recibida por supuesto, la sorpresa diaria complementa todo tú sacrificio. Y a eso salimos, a la incógnita del que pasará o hasta donde llegarás.

Con los días aprendes cuándo tu cuerpo dice basta y hasta aquí; la intuición te hace tomar decisiones continuamente; cada lugar al que llegas te transmite un feeling distinto, una experiencia nueva diaria con la gente del lugar; cada camping es diferente, cada hotel o hostel es distinto; es decir tienes una experiencia nueva cada día. Al final del viaje te sorprendes de de cuántas y cuántas situaciones y gentes distintas has conocido. También de cómo el destino te hace encontrarte con la misma gente una y otra vez, aun no sabiendo nadie a dónde van los demás, cosa que ocurrió unas cuantas veces en este viaje.

En general mi planificación se limita a seguir un GPS con la ruta instalada, así como la web de la organización europea EuroVelo, donde puedes informarte de las rutas. Desgraciadamente a día de hoy las rutas no están terminadas para la total viabilidad ciclística y eso hace que tengas que alternar con carreteras secundarias normalmente.

¿Cómo te organizas en el día a día?

Cada tarde, después de instalarme en el campamento, hago un pequeño resumen por escrito y luego consulto los mapas, el gps y el móvil para ver por donde continua la ruta. Me informo sobre rutas sin mucho tráfico con aplicaciones de móvil. Como te he dicho, no todos los caminos son ciclables… Además procuro evitar puertos de montaña altos, donde el peso total de la bicicleta tira mucho para atrás….

La verdad es que con toda la información de la que disponemos hoy en día desde un simple teléfono es una gozada. Antes sí era una odisea, pero ahora la verdad es que es un placer. ¡Casi es un pecado no salir!

Háblanos de tu compañera inseparable, tu bici

Pues si, como tú dices, es mi compañera. Tanto que al final le hablo y todo. Se convierte en una extensión total de mi cuerpo, que reacciona según mis movimientos. Parece ridículo pero así es. Siempre se porta genial conmigo. Claro que yo procuro mimarla mucho, porque si no ella también me busca las cosquillas y claro, cuando te toca, no queda otra que paciencia y ponerse manos a la obra. Yo por si acaso siempre le hago una buena puesta a punto antes de salir, para que nada me pille por sorpresa.

En la Ruta 66 la bautice como Windy, porque pudo contra todo el viento del desierto, que era mucho. Yo le iba diciendo “Aguanta aguantaaaaaa que llegamos… Venga Windy, vamoooos…” Así un kilómetro tras otro, más para animarme yo que ella, la verdad. ¡Pero al final lo logramos!

Windy es lo que en Europa llaman una bicicleta de trekking. Aquí no estamos muy acostumbrados a este tipo de bici de cicloturismo. La cultura ciclista de nuestro país es básicamente de carreras, con bicicletas que exigen posiciones muy forzadas, y la verdad que para viajar esto es fatal. Pero cada día nos vamos mentalizando más, buscando más comodidad, más prestaciones, más seguridad… Y empiezan a aparecer más y más tiendas especializadas.

¿Cargas con mucho material?

Este es el talón de Aquiles de cada viaje, algo que puede condicionar y mucho la actividad. En función del cuidado que pongas en ello puedes retrasar o agilizar mucho la marcha. Es verdad que los materiales han avanzado un mundo. Yo he utilizado equipamiento de Columbus, que permite adaptar el tamaño de las bolsas al volumen de la carga, y eso es impagable.

Cada uno tiene sus gustos. Unos buscan independencia total y otros parcial… Por mi parte, intento llevar menos peso cada día, pero cuesta mucho reducir a partir de un punto. Lo peso todo antes de salir, no es que me obsesione, pero sí te acuerdas de cómo costaba tirar de la bici en viajes anteriores… Cada viaje te enseña a prescindir de muchas cositas; algunas que no has usado ni una vez. Al final, con algo básico tiras millas, es entonces cuando te das cuenta qué poco se necesita para vivir tan a gusto. A veces, cuando veo que no voy a usar algo, lo mando por correo a casa.

¿Qué es lo que más te ha gustado de este viaje?

En Francia sus carriles bici interminables, todo un ejemplo a seguir. En Inglaterra, la costa inalterada de Cornualles. En Irlanda sus paisajes, tan increíblemente verdes; sus parques nacionales, tan poco frecuentados; sus gentes, tan alegres; su música en vivo en cada ciudad o pueblito, una experiencia increíble; su amor por su pueblo y por el idioma Gaélico…

¿Y lo que menos?

Pues como me imaginaba antes de ir, la dichosa lluvia. Hasta Irlanda todo fue bastante bien, pero allí tuve a diario un chaparrón, nieblas, frio… Cuesta, y mucho, continuar en la bicicleta cuando estás calada. Para mi es lo peor.

Todos los asfaltos de cada país son distintos, se podría hacer un artículo solo con eso, pero el de Irlanda está especialmente machacado, muy trillado. Y al no haber pistas para bicis el tráfico es bastante molesto, aunque a decir verdad es que son bastante respetuosos.

¿Te has encontrado con alguna dificultad con la que no contabas?

Antes de cruzar a Inglaterra perdí el GPS, fallo mío por no colocarlo bien en su lugar. Pero, cosas del destino, ¡recibí un email comentando que habían recogido un GPS en el suelo! Llevaba toda la información dentro y claro, cuando lo enciendes da tus datos. Todavía hay gente buena por el mundo. Me lo enviaron por correo a un punto de mi viaje.

¿Has conocido gente interesante en este viaje? Gente que viaje como tú o que estuviera llevando a cabo un viaje curioso…

Cada día conoces gente distinta. Mientras pedaleas siempre te juntas con ciclistas. Por ejemplo conocí a unos que estaban dando la vuelta a Francia con bicis eléctricas y con unos pedazo paneles solares increíbles. También a gente mayor, que iba tranquilamente con todo a cuestas. Y a ciclistas de Gales, muy simpáticos, que me acompañaron durante muchos kms…

En los albergues, pues lo mismo, conoces a gente de todo el mundo. A ciclistas brasileñas, a una australiana, de vuelta ella de Malasia, a la que volví a encontrar en tres ocasiones en Irlanda. Ella viajaba en bus, y cada vez que nos volvíamos a encontrar lo celebrábamos yéndonos a comer y a beber. “¿No estás cansada?”— me preguntaba siempre.

Conocí a otra chica canadiense que había partido de Canarias y con la que pedaleé dos días. También a un irlandés que viene todos los años por España, “Donostiaaaa…” me decía. Nos juntamos tres veces en dos días. Un día le dije que iba a comprar música irlandesa y él me regaló un CD suyo tocando el piano.

En fin, sería interminable contar a cuánta gente conoces en un viaje así. La gente se extraña mucho todavía cuando me ve llegar sola y en bici, y claro el interrogatorio que te hacen te lleva ha tener conversaciones muy casuales.

La mejor comida que hayas tomado en este viaje ¿dónde ha sido?

Para mí las boulangeries francesas son una delicia. Abren bien temprano y con tantas cosas tan ricas… Yo es que necesito café mañanero o no funciono. En Inglaterra, aunque sea tópico, no hay gran cosa aparte de las famosas fish and chips. Pero en Irlanda encontré muchísimos viveros de Mejillones y unas salsas estupendas a base de esa mantequilla tan increíble que tienen.

¿Cuáles son tus futuros proyectos sobre dos ruedas?

De momento no tengo ningún plan sobre dos ruedas. El verano que viene se verá, habrá que terminar lo empezado quizás… De momento mi proyecto más inmediato es ir a Nepal. Inicialmente comenzaré en el extremo este, en el Valle del Kanchengjunga. No sé hasta donde llegaré, seguiré primeramente hasta Katmandú, hacia el oeste siempre, y luego, si hay ganas y si mi cuerpo aguanta, continuará desde allí. Hay mucho Himalaya nepalí por ver y patear.

Ya estamos impacientes por que nos cuentes qué tal te ha ido por esos techos del mundo. ¡Te deseamos toda la suerte del mundo y nos vemos a la vuelta!

Eskerrik asko!

Deja tu opinión