La Gran Ruta del Noreste, una propuesta para desquitarse del confinamiento
posteado en Senderismo y Trekking, Sin categoría por Jon Pérez Feito
Llevamos ya mes y medio de confinamiento viendo cómo la primavera se abre camino al otro lado de la ventana, y aún parece que estaremos algunas semanas más observándola desde ahí.
Así que es el momento de hacer planes. Planificar una actividad con detalle es una muy buena manera de pasar el tiempo y es, también, una tarea factible sin necesidad de salir de casa. Pocas cosas hay hoy en día que no podamos planificar con una simple conexión a internet. Así que, ¡hagamos planes!
Nosotros hoy os proponemos una actividad tan ambiciosa que puede manteneros entretenidos con la planificación durante semanas y, de hecho, podría ocuparos las vacaciones de varios años, si finalmente os animáis a llevarla a cabo.
La idea consiste en enlazar varios senderos de gran recorrido (GR) para caminar, pedalear e incluso remar a lo largo de unos tres mil kilómetros de distancia sin necesidad de salir de la Península Ibérica (de hecho, no saldremos de un cuadrante relativamente pequeño en el noreste).
Esos tres mil kilómetros están divididos en dos senderos de gran recorrido completos (el GR 99 y el GR11) y uno parcial, (el GR 92). Entre los tres forman una especie de triángulo abierto en el que la hipotenusa recorre un paisaje fluvial y los catetos uno de costa y otro de montaña respectivamente. Existe, además, la posiblidad de cerrar el recorrido con un tramo del gran camino por excelencia: El Camino de Santiago. Veámoslo más en detalle.
Camino Natural del Ebro (GR 99)
Empezamos nuestra andadura (o tal vez pedalada), en el pequeño pueblo de Fontibre, en Cantabria. A lo largo de los próximos 1.287 kilómetros vamos a avanzar hacia el mar, siempre en paralelo al río más caudaloso de la Península. Estamos en el Camino Natural del Ebro.
El recorrido está perfectamente señalizado, no solo con las balizas correspondientes a un sendero de gran recorrido (blanco y rojo), sino también con paneles informativos al inicio de cada una de las 42 etapas que para los senderistas se proponen.
No obstante, el Camino Natural del Ebro se puede completar en mucho menos tiempo si, en lugar de recorrerlo a pie, optamos por hacerlo en bici. Y es que no solo hablamos de un GR perfectamente ciclable (tiene una anchura media de entre dos y tres metros y firme de tierra compacta en casi todo el recorrido); el Camino Natural del Ebro es, de hecho, uno de los senderos de gran recorrido más amables para los cicloturistas, pues al discurrir junto al río, los desniveles son insignificantes.
Una tercera opción, sin queremos llevar a cabo esta gran aventura por medios distintos en cada una de sus tres mangas, es la de recorrer este gran itinerario desde el mismo río, remando en sus aguas, en lugar de caminando o pedaleando por sus riberas. Ahora bien, hay que tener en cuenta que la parte alta del Ebro cuenta con rápidos muy técnicos y en la parte media hay multitud de azudes y represas. Además, existen unas normas bastante estrictas en lo que respecta a la navegación por sus aguas, pero es posible, siempre que sea a bordo de pequeñas embarcaciones como piraguas o canoas.
Sendero del Mediterráneo (GR 92)
El Camino Natural del Ebro nos deja junto al Mediterráneo, punto en el que enlazaremos con la parte alta del Sendero de Mediterráneo. Este GR une en nuestro país la localidad de Port-Bou, en la frontera con Francia, con la de Tarifa, en Cádiz; pero a su vez forma parte del sendero europeo E 10, que parte de Nuorgam, en el norte de Finlandia, y llega hasta Cádiz.
Nosotros, obviamente, solo vamos a recorrer una pequeña parte de esta enorme ruta, los aproximadamente 700 kilómetros que separan el delta del Ebro, en Tarragona, con el Port de la Selva, en Girona. En este tramo, en el que avanzaremos siempre con el mar a nuestra derecha, el recorrido discurre por caminos, sendas y viales, y está perfectamente señalizado.
Senda Pirenaica (GR11)
En el Port de la Selva dejaremos el Sendero del Mediterráneo para comenzar el GR11, más conocido como Ruta Transpirenaica, desde la que sería su segunda etapa. Este recorrido, que es una especie de superestrella de los senderos de gran recorrido, une los mares Mediterráneo y Cantábrico discurriendo íntegramente por la vertiente sur del Pirineo. La ruta es ciclable, aunque sus números asustan un poco a quienes se plantean recorrerla sobre dos ruedas: El desnivel acumulado es de 41.700 metros y el 65% del recorrido discurre por senderos de tierra. Además, una parte importante del recorrido se encuentra por encima de los 2.000 metros de altura, donde cada pedalada cuesta un poco más.
Cabe señalar que el GR11 no es el único gran sendero que recorre la cordillera pirenaica de lado a lado. El GR10 francés (hay otro GR que une Valencia con Lisboa) hace lo propio por la vertiente francesa, mientras que la Alta Ruta Pirenaica (ARP, más conocida como HRP por sus siglas en francés) lo hace siguiendo un recorrido mucho más exigente, más o menos pegado a la divisoria de aguas, generalmente por el lado francés. Si quisiéramos completar la ruta a pie por alguna de estas dos alternativas, tendríamos que alargar nuestro recorrido por la Senda del Mediterráneo hasta la localidad de Banyulus Sur Mer, donde dan comienzo tanto la HRP como el GR10 francés. En cualquier caso, cualquiera de estas rutas nos dejarán en dos localidades muy próximas entre sí: el GR11 en Hondarribia y el GR10 francés y la HRP al otro lado del río Bidasoa, en la localidad francesa de Hendaya.
El Camino de Santiago para cerrar el recorrido
Puede que, para los más puristas, los 2.800 kilómetros andados, pedaleados o remados hasta aquí no hayan sido suficientes; siempre quedará clavada la espinita de no haber cerrado el recorrido. Recordemos que empezamos esta andadura en Fontibre, Cantabria, y la hemos acabado en Hondarribia, Gipuzkoa (o en la vecina Hendaya, si es que hemos optado por el GR 10 francés o por la HRP).
Ahora bien ¿cómo cerramos el recorrido?
El Camino de la Costa o Camino del Norte une las localidades de Irún con Santiago de Compostela. Partiendo desde el propio Hondarribia, podemos plantarnos en Santander después de recorrer 318 espectaculares kilómetros con el Cantábrico siempre a nuestra derecha. Ya en la capital cántabra podemos tomar un ramal poco conocido, pero también perteneciente al Camino de Santiago, que desde Santander baja hacia el sur para unirse con el camino principal en Frómista. Y es a mitad de ese ramal, en Reinosa, cuando Fontibre, el punto en el que comenzamos esta aventura, queda a apenas dos kilómetros y medio.
Que nosotros sepamos, la ruta aquí propuesta no ha sido completada por nadie. Son unos 3.200 kilómetros de recorrido que se pueden completar a pie o en bici, e incluso remando en algunas partes. ¿Alguien se anima?