Ideas alternativas para aprovechar el invierno en la montaña
posteado en Consejos y Trucos por Jon Pérez Feito
Cada año, muchos montañeros “estacionales” capaces de encadenar tresmiles alegremente durante el verano, se retiran de la alta montaña con las primeras nieves. Algunos se dedican a esperar a que llegue la primavera mientras se dedican a hacer actividades más sencillas en entornos menos exigentes; otros, seguramente, pasan el invierno perdiendo la forma y la primavera tratando de recuperarla.
Y es que está muy extendida la percepción de que la montaña invernal es terreno para los esquiadores (en el amplio sentido de la palabra: nórdico, de travesía, free ride… etc) y para los muchos menos numerosos alpinistas invernales; todas ellas actividades que implican un desembolso considerable en material, una destreza nada desdeñable y un riesgo que, para los profanos, parece bastante elevado.
Sin embargo, las montañas ofrecen en invierno un campo de juegos muchísimo más amplio que ese. La nieve nos permite disfrutar de una enorme variedad de actividades sin necesidad de desarrollar una gran destreza, desembolsar mucho dinero o jugarnos el tipo.
Excursiones con raquetas
Si eres aficionado al senderismo y no te importa que el itinerario no pase necesariamente por una cumbre, las raquetas de nieve te van a permitir seguir con tu afición durante el invierno. Hace no mucho tiempo esta actividad, que por si te lo estás preguntando en inglés se llama snowshoeing, era casi desconocida en nuestras montañas; pero en los últimos años se ha puesto bastante de moda y proliferan las guías con itinerarios cualquier nivel.
Las raquetas de nieve modernas, además, no requieren de una técnica especial; ya no son como las antiguas, que obligaban a anadear, más que a caminar. Además incorporan accesorios, como unas cuchillas retráctiles que sirven para encarar pequeñas pendientes (importante la palabra “pequeñas”), y una talonera regulable para subirlas sin sobrecargar los gemelos.
En definitiva, una actividad no demasiado exigente (aunque eso depende de cada uno) y muy satisfactoria para disfrutar de la montaña en invierno.
Mushing
El mushing es ideal para los amantes del aire libre, de los animales y de las novelas de Jack London. Recorrer los bosques nevados en un trineo tirado por perros como si fuéramos buscadores de oro del Klondike es una de las actividades más divertidas y a la vez evocadoras que se pueden hacer en nuestras montañas.
Evidentemente, a no ser que te de muy fuerte, te compres una trailla de perros y te pongas a practicar muy en serio, para hacer mushing vas a tener que recurrir a una empresa que ofrezca este servicio. Por suerte hay varias en nuestro país, aunque todas ellas están radicadas en dos cordilleras: Pirineos y Sierra Nevada. Si terminas haciendo mushing en la cordillera andaluza, por cierto, puedes estar seguro de que nadie en toda Europa estará practicando esta actividad más al sur que tú.
Skijoring
Otra actividad con perros, aunque en este caso se tratará del tuyo (si lo tienes y es de un tamaño suficiente). El skijoring es una especie de versión invernal del canicross en la que el participante calza esquís de fondo y va unido a un perro, (en este caso tendrá que ser el suyo). No es que el animal tire del esquiador en todo momento, sino que es más bien una ayuda, un deporte de equipo. Si hemos incluido el skijoring en esta lista a pesar de que habíamos prometido que hablaríamos de actividades que no incluyeran esquís, es porque nos parece una actividad divertidísima para todos aquellos que suelen acudir a la montaña con su perro. El skioring se puede practicar con material alquilado en las estaciones de esquí de fondo, donde siempre hay recorridos poco exigentes técnicamente, ideales para iniciarse.
Ahora bien, no podemos esconder que para practicar esta discipliina es necesario desarrollar cierta destreza sobre las tablas y una gran coordinación con el animal. Eso sí, te garantizamos que los esfuerzos por poneros de acuerdo y las culadas que te vas a pegar en el proceso van a tener su gracia (a no ser que tu perro realmente corra mucho).
Dormir en un iglú
Si la experiencia Jack London no te he parecido suficiente, puedes completar la jornada con algo aún más romántico: la construcción de un iglú y la pernocta en él (esta es la parte romántica; te garantizamos que para la construcción vas a sudar).
Lo primero que aclararemos es que NO hacen falta un motón de bloques de hielo para construir un iglú, así que olvídate de llevar una tronza y jugarte el tipo sobre un ibón helado; con tener una buena cantidad de nieve un serrote y una buena pala es más que suficiente. En internet puedes encontrar las instrucciones para construir un buen iglú, así que no vamos a pararnos en ellas. Lo que sí vamos a hacer es recomendarte que lleves suficiente ropa de abrigo, un buen saco y, por si la cosa no se da bien, una buena tienda de campaña. Por otra parte, si no te fías mucho de tus habilidades inuit, siempre puedes probar a hacer el iglú a 10 minutos andando del coche o de algún refugio.
Fatbike
Si eres aficionado a la bicicleta de montaña sabrás que existe una modalidad que te permite practicar este deporte sobre los terrenos más difíciles: barro, arena y nieve. Las fat bike son bicicletas de montaña que montan unas cubiertas desmesuradamente anchas, lo cual les otorga una tracción espectacular.
Aunque están basadas en las bicicletas de montaña, las fat bikes tienen ciertas características propias (especialmente la anchura de la horquilla y de las vainas), es decir, que no basta con montar cubiertas gordas en tu bicicleta habitual porque, sencillamente, no van a caber. Así que si quieres practicar bicicleta de montaña en entornos nevados, tendrás que hacerte con una fat bike, bien sea comprándola o alquilándola. Eso sí, te garantizamos que si la bici es especial, también lo es la experiencia de rodar con ella sobre la nieve.
En definitiva, hay todo un mundo de cosas por hacer ahí fuera en la nieve. Y es que en las montañas, las posibilidades de disfrutar son infinitas. También en invierno.