6 usos alternativos para el tarp
posteado en Acampada, Productos Columbus por Jon Pérez Feito
El tarp se ha convertido rápidamente en una pieza imprescindible a llevar en la mochila durante una salida de varios días, e incluso de un día, debido a su condición de elemento de supervivencia. Normalmente pensamos en él como un refugio plegable y ultraligero, pero un tarp puede ser mucho más. En este artículo os contamos 5 usos que podemos darle, a parte del consabido como refugio.
Suelo de vivac
Sí, suelo, no refugio. Es una función muy básica del tarp. Pongamos que vamos a vivaquear en una zona herbosa y con buen tiempo. El tarp puede servirnos como suelo para nuestra zona de vivac. Así ganaremos aislamiento y podremos andar descalzos sin mancharnos los pies (y por extensión el interior del saco). Eso sí, antes de colocar el tarp retiraremos cualquier piedra o rama que pueda dañarlo (y por extensión dañarnos a nosotros).
Funda de vivac
Otra función muy obvia del tarp, pero una de las mejores en situaciones apuradas. Simplemente tenemos que tumbarnos encima de él y envolvernos, para estar mejor protegidos del viento y la lluvia durante una noche al raso o un chaparrón inesperado en alguna zona sin protección.
Hamaca
Para hacer una hamaca con un tarp debemos plegarlo por la mitad y después uniremos los dos extremos del lado más corto mediante un plegado en forma de acordeón. La “cola” resultante la usaremos para envolver un palo o una piedra, y estrangularemos ese envoltorio con un cordino. Ese cordino lo fijaremos después a uno de los árboles que vayamos a usar par fijar la hamaca. Procedemos de la misma forma con el otro extremo ¡y listo!
Protección de mochila
En caso de que no hayamos tomado la precaución de coger una mochila que cuente con funda de lluvia, siempre podemos utilizar el tarp plegado para envolverla, o incluso para envolver simplemente el contenido antes de meterlo en la mochila y dejarlo así más protegido.
Instalación de recogida de agua
Simple, pero socorrido. Pongamos que contamos con un buen refugio en el que dormir, pero andamos escasos de agua, y sabemos que va a llover. Simplemente tenemos que hacer un círculo de piedras, colocar el tarp extendido sobre él (y calzado con alguna de las piedras, no se lo vaya a llevar el viento) y esperar. Hay que tener en cuenta que, por ejemplo, el light tarp 2000 de Columbus tiene más de 7 m2 de superficie, con lo que es capaz de recoger una respetable cantidad de agua durante una noche de lluvia. Eso sí, si la vas a consumir, ¡acuérdate de clorarla!
Mochila
Una función muy curiosa, aunque tal vez demasiado enrevesada porque, ¿en qué situación nos íbamos a encontrar con un tarp a mano, pero sin mochila? En cualquier caso, vamos allá: Se coge el tarp y se dobla varias veces de manera que quede una pieza de 1 m2, más o menos, pero con ollaos en los extremos. Los lados más cortos se doblan varias veces para formar en cada extremo de la pieza una especie de tira acolchada con ollaos a cada lado. El truco consiste en hacer que una de estas tiras rodee la cintura y después unir los ollaos con un mosquetón que debería quedar, idealmente, a la altura de la hebilla del cinturón. El tarp se pasa entonces por la espalda y se usa la otra tira para rodear los hombros y pasar el mosquetón por los ollaos de ese extremo y por el mosquetón inferior. De esa forma queda una especie de saco a nuestra espalda que podemos usar para cargar cosas.