Golpe de calor, qué es y cómo evitarlo.
posteado en Consejos y Trucos por Jon Pérez Feito
Los golpes de calor son emergencias médicas más habituales de lo que la mayoría de la gente piensa. En nuestro país, caluroso y seco en su mayor parte, no es raro que alguna actividad de verano termine fatalmente por este mal. ¿Sabes cómo se manifiesta, cómo evitarlo y qué hacer si te encuentras con alguien que lo sufre? Veámoslo.
Qué es
Los seres humanos somos animales homeotermos. Eso significa que nuestros cuerpos tienen la increíble capacidad de mantener una temperatura constante independientemente de las variaciones en la temperatura ambiental. De hecho, bastan unos pocos grados arriba o abajo para ponernos en un serio aprieto. La temperatura corporal media es de 37ºC; dos grados abajo y entramos en hipotermia; tres arriba y sufrimos un golpe de calor.
El golpe de calor es, pues, un trastorno ocasionado por el exceso de calor en el cuerpo. Ese exceso de calor puede generarse como consecuencia de la exposición prolongada a altas temperaturas (que es la causa más habitual, con 1.300 muertes anuales solo en España), pero también por causa del esfuerzo físico en altas temperaturas. Se trata de una afección grave que requiere tratamiento de urgencia. Si no se atiende rápido, pueden producirse daños en el cerebro, el corazón, los riñones y los músculos. Si no se recibe tratamiento, puede ocasionar la muerte.
¿Cómo se manifiesta?
Inicialmente el cuerpo tratará de perder temperatura mediante transpiración, es decir, sudando. El sudor excesivo es pues una advertencia temprana; si bebemos agua abundante, nuestro organismo podrá seguir recurriendo a la transpiración, pero si no la renovamos, tendremos problemas.
Así pues, el primer síntoma serio es la piel roja, caliente y seca. En este punto la transpiración se ha interrumpido, el sudor se ha evaporado y el cuerpo no puede enfriarse naturalmente. Esto da lugar a un aumento de la temperatura corporal, hasta los 40 grados o más, lo cual acelera la frecuencia cardiaca. Aparecen el dolor palpitante en la cabeza y los dolores musculares. Esto deriva en una alteración del estado mental: los vértigos, mareos, desorientación y confusión generalizada son habituales. Los delirios son un penúltimo estadio antes de la pérdida de conocimiento. También pueden aparecer convulsiones.
En niños muy pequeños, los síntomas incluyen el llanto desconsolado y la piel muy irritada por el sudor en el cuello, pecho, axilas, pliegues del codo y la zona del pañal. Estas irritaciones, llamadas sudamina, se parecen a erupciones cutáneas.
¿Cómo se puede evitar?
Prevenir un golpe de calor es, en principio, algo bastante sencillo y hasta cierto punto lógico. Debemos protegernos del sol (especialmente la cabeza) y ser prudentes a la hora de llevar a cabo nuestras actividades a pleno sol, lo cual, a veces, implica madrugar mucho o dejar el plan para otro día. Pero lo más importante es que nos hidratemos correctamente para que el cuerpo pueda seguir transpirando. En ese sentido, no podemos depender del agua que encontremos durante la actividad —ni aunque se desarrolle junto a una corriente de agua—, sino que debemos ser previsores y llevar cierta cantidad siempre con nosotros. Hoy en día existe suficiente variedad de recipientes para transportar agua como para que algún tipo se adapte a nuestras necesidades. Están, por un lado los rígidos, como nuestro Aqua 500, los de tipo bolsa como la gama Soft Flask o los tipo camelbag, como nuestro water bladder. Todos ellos te permiten permanecer hidratado sin comprometer tu rendimiento.
¿Qué se puede hacer para ayudar a alguien que lo sufre?
Dado que el problema lo provoca el aumento excesivo de temperatura corporal, la solución debe llegar por una reducción rápida de dicha temperatura. Por eso, cuando una persona está empezando a sufrir un golpe de calor debemos procurar refrescarla por todos los medios. Podemos ofrecerle agua o una bebida energética (el sudor excesivo también le habrá dejado sin electrolitos), mojarle el cuerpo a la vez que le abanicamos y, si es posible, colocarle compresas de hielo, o al menos húmedas, en la frente, el cuello, las axilas y las ingles.
Pero si la persona ya ha perdido el sentido y no muestra signos de circulación, debemos empezar con la reanimación cardiopulmonar y asegurarnos de que la ayuda médica está en camino.