Desafío solidario superado #África2018

Un desafío que va más allá de lo personal

El viento en la cara. La tierra en los pies y el corazón por las nubes. Eso es lo que debió sentir Alicia Sornosa durante su periplo en moto por tierras africanas. Un desafío con componente solidario que hoy Alicia puede dar por superado.

Y es que los deportes de aventura unen los espíritus de las almas libres: la aventura los cría y ellos se juntan. Por eso en Columbus Outdoor hemos querido ser parte del viaje de Alicia Sornosa y nuestro material de acampada le ha acompañado en toda la expedición a lomos de su moto.

Un viaje que Alicia nos ha contado y hoy te desvelamos para que puedas hacerte una idea de lo que vivió ella. Porque los viajes y los deportes de aventura se disfrutan dos veces: una cuando se vive y otra cuando se cuenta.

De una conversación a más de 15.000km recorridos

Toda aventura empieza con un sí. Y también con una casualidad. O una conversación. Este fue el caso de Alicia. Durante una charla sobre África su radar de la aventura se despertó, y una idea le asaltó la cabeza: ¿Y si vuelvo al lugar con las peores pistas que pude recorrer en mi vuelta al mundo? Y como el reto es primo de la aventura, Alicia no se lo pensó dos veces: regresaría a África para superarse y recorrer un continente, del que dicen, una vez lo pisas tu cuerpo puede volver, pero tu alma se queda.

Una recaudación solidaria como epicentro del viaje

El epicentro del viaje de Alicia fue la recaudación de fondos para la construcción de pozos de agua de la mano de la ONG “Amigos de Silva”. La construcción de estos pozos de agua en las zonas más remotas es esencial para combatir la sequía, el hambre y las enfermedades derivadas de la falta de agua y saneamiento. Por otro lado, estos pozos de agua son fundamentales para que cientos de mujeres y niñas que todos los días recorren más de 20km para recoger agua, puedan dedicar ese tiempo a estudiar.

Y es que todos los días mueren personas por la falta de agua en África ¿La paradoja? Se encuentran a escasos metros del agua, la cual está por debajo de la superficie del suelo.

La expedición en datos

Alicia Sornosa empezó la expedición en Addis Abebba, Etiopía. Desde allí rodó hacia al sur por Kenia, Tanzania, Malawi, Mozambique, Zimbawe, Zambia y Namibia. El punto y final lo puso en Sudáfrica. Al final de su travesía el contador de su moto contaba 15.000 km, el calendario había adelantado 4 meses y la recaudación alcanzó la friolera de 5.000€, todo gracias al apoyo y seguimiento del viaje a través de las redes sociales y los patrocinadores.

No solo eso, Alicia también perdió sus trenzas. Pero no la fuerza como Sansón. Con 10.000km recorridos la recaudación alcanzaba 3.000€, así que ni corta ni perezosa decidió lanzar un órdago: si la recaudación llegaba a los 5.000€, se cortaría las trenzas. Como ya sabrás a estas alturas, se alcanzaron los 5.000€ y lo que pasó con sus trenzas ya es historia.

El desarrollo del viaje

En la ONG “Amigos de Silva”, Sornosa aprendió a encontrar agua bajo tierra y a construir pozos bajo la atenta mirada de niños, pequeños animales y mujeres luchadoras que sobreviven al calor y al polvo. Aprendió el valor de la solidaridad en las cenas con los misioneros Combodianos y las visitas a las escuelas de la zona.

En Kenia, Alicia rodó entre jirafas, cebras y ñus. Tanzania le recibió con sus lluvias monzónicas y la sabiduría de sus baobabs le dio cobijo. Los pescadores de Malawi le acogieron entre sonrisas y casas de colores. Los cánticos de las jóvenes fueron su banda sonora en Mozambique y sus pistas de arena, las piedras, caminos rotos, el barro y las carreteras abnegadas forjaron su carácter aventurero.

Nada le detuvo, ni siquiera dos pinchazos o varias caídas sin consecuencias físicas. Su SHIKATI – o el animal más veloz como los masáis apodaron a su moto- le llevó a una África donde el contraste es una constante en el viaje, donde el colonialismo convive con los rascacielos y el alma ancestral de África se intuye en la vida moderna que poco a poco se cuela en el continente.

Souvenirs en forma de recuerdos

Ahora, una vez superado el reto, los recuerdos en forma de olores, sabores, paisajes, sonrisas y sobre todo libertad son los souvenirs más preciados que Sornosa se lleva de su desafío #África2018. Y lo más importante: los miedos son más pequeños, la visión del mundo es mayor y la vida late con más fuerza.

Cuando una expedición termina, significa que otra comenzará pronto. Porque el final de una hazaña solo deja con ganas de más.

Y la adicción a la aventura solo se cura con más aventura.

¿Cuándo será tu siguiente reto?

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