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Kirguistán en bicicleta

posteado en Aventureros Columbus por

Por Hector Abad (@hectorabadbcn)

Si te dieran a escoger un país al que viajar ahora mismo con tu bicicleta, seguramente no tendrías en la cabeza al poco conocido Kirguistán. pero déjame contarte algunas cosas y verás como rápidamente escalará muchas posiciones en tu lista de favoritos.

Hace muchos años que viajo por el mundo en bicicleta y cuando tengo oportunidad, busco visitar lugares remotos en los que no me voy a encontrar con todas las cosas a las que ya estoy acostumbrado por la zona en la que vivo. Conocer otras culturas, otras gentes, otra gastronomía, otros paisajes y además, añadir el reto deportivo de conseguir algo especial.

Siguiendo estas premisas, en este artículo os hablaré de un bikepacking de muchos quilates en un lugar remoto de Asia Central que, limita al norte con Kazajistán, al oeste con Uzbekistán, al suroeste con Tayikistán, y al sureste con China.

Vueles desde donde vueles, tu destino será Biskek, la capital kirguisa que se encuentra a pies de la cordillera de Tian- Shan y en la que seguro podrás encontrar atractivos para callejear por ella. Pero como decía antes, es una ciudad y en mi caso, no deja de ser un trámite más, así que en cuanto podemos, la abandonamos para adentrarnos en las montañas y en las zonas más alejadas de la civilización. Hablo en plural por que de nuevo viajo con mi amigo Pedro, otro apasionado de este tipo de aventuras. Hay que saber muy bien y tener claro con quien viajes. Este es un consejo que parece muy obvio pero hay que tenerlo muy en cuenta ya que los compañeros de ruta con los que vas a compartir tantas horas y experiencias, han de saber serlo a las duras y a las maduras, pues piensa que en un viaje así, habrán momentos duros que no todas las cabezas sabrán gestionar de la manera más positiva posible. Como digo siempre, no conoces a los mil demonios de una persona hasta que no pasas alguna situación complicada con ella.

Un segundo consejo y según como te hayas planteado las etapas, hacerte amigo de un taxista que te llevará donde le digas, y no me refiero a un local o calle de la ciudad, sino que te podrá sacar de allí y dejarte en un camino en mitad de la montaña para empezar tu ruta sin agobios de tráfico ni los peligros que ello conlleva. O si estás en apuros, tranquilo que responderán e irán en tu búsqueda. Los kirguisos son muy serviciales y hospitalarios, descuida que si te pueden echar un cable con lo que sea, allí estarán.

En nuestro caso además, la ruta era circular, con lo que desde aquí hablamos con un alojamiento en el que nos pudieran guardar las cajas de cartón en las que transportamos las bicis, a cambio de pasar unas horas allí antes de empezar la primera etapa, y de llegar de nuevo para ducharnos al finalizar el viaje, cambiarnos y empaquetar nuevamente las bicis. Los precios de los alojamientos son muy asequibles así que es un buen trato.  Además dependiendo a por donde te vayas a mover, piensa que necesitarás permisos especiales que se recomiendan gestionar con mínimo, 2 semanas de antelación, así que en nuestro casi, lo tramitamos desde España y la propia compañía nos lo llevó al alojamiento para no perder tiempo al llegar. 

Nos metemos de lleno en el terreno a afrontar y hay que ir con la mente fuerte sabiendo que disfrutarás mucho pero que ha de estar dispuesta también a afrontar retos exigentes adornados  con una climatología que te puede poner en apuros día tras día.

La preparación física no es menos importante, pues tendrás que pedalear por un terreno férreo en el que tendrás la sensación de que la bicicleta no avanza. Confrontarás pasos de montaña en los que ascenderás sobre los 4000m+ y aunque sí o sí, son caminos por los que sólo podrás pedalear en verano, la nieve siempre puede hacer acto de presencia.

Las largas jornadas sobre la bicicleta te ofrecen un abanico de sensaciones y experiencias difíciles de explicar. Pareciera que día de bikepacking, equivale a una semana de tu rutina normal de cada día. Entusiasmo, fascinación, orgullo, alegría, añoranza, sufrimiento, gozo…

Cuesta, claro que cuesta hacerse con alguno de los colosos como el Kegety Pass o el Toser Pass, pero te aseguro que el logro compensa con creces cada pedalada que des para llegar a coronarlos.

Claro que es incómodo pedalear bajo la lluvia, cruzar ríos descalzo con agua helada cargando la bici a horcajadas, ponerse y quitarse ropa de abrigo…pero piensa que todas esas circunstancias te asegurarán gozar de unos paisajes verdes y puros como en pocos sitios podrás ver.

No esperes encontrar pueblos cada 10km, carga agua cada vez que puedas y lleva comida suficiente por que es más que presumible que tengas que pernoctar en mitad de la “nada”. Y no es eso bonito? Ya duermes cada día bajo techo y en una cama con su colchón mil capas, pero no cabe duda que plantar la tienda de campaña en un valle de estos a orillas del río, colocar tu esterilla y enfundarte en tu saco de plumas contemplando un cielo estrellado o nublado…esa sensación de placer y libertad no tiene precio!!

Siempre podrás ir a un restaurante en cualquier época del año, a una cafetería de las que tan de moda se han puesto, pero no me digas que una cena así en mitad de la naturaleza o una tacita de café calentada con un fueguecito natural, no es merecen la pena?

Pero podrás alternar el usar tu tienda y el compartir un rato inolvidable con los nómadas kirguisos que encontrarás en los lugares menos esperados con sus conocidas yurtas. Se mueven por estas tierras en verano, cuando los pastos no quedan enterrados por las nevadas y sus mandas de caballos, rebaños de ovejas y yaks se pueden alimentar sin problemas. Son personas entrañables, muy hospitalarias y no te preocupes por si no te entiendes hablando, lo básico no te faltará y esos gratos ratos con ellos serán inolvidables.

Es un lugar maravilloso en el que agradecerás estar allí sintiéndote pequeño ante tanta inmensidad. La naturaleza y los escenarios sobrecogedores harán que vayas con los ojos bien abiertos todo el tiempo. Todo eso compensa la dureza del terreno pero no a la dureza que someterás a tu material.

Equípate bien! Escoge las alforjas idóneas de material impermeable y resistente. La tienda, esterilla y saco que te procuren confort mientras te protejan de las frías noches. Parecen cosas obvias pero no lo son tanto y no serías el primero que una vez allí dice aquello de…”si hubiera sabido esto antes”…Pues por eso yo te lo cuento para que ya lo tengas en mente.

De todos modos aún te quedan muchas cosas por descubrir por ti mismo, así que no lo pienses y prepárate para una aventura que sacará lo mejor de ti y dejará unos momentos inolvidables en tu cabeza. Sueña con los ojos abiertos, disfruta de un lugar mágico y vive una experiencia inolvidable.

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20 Nov, 24

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