Los 10.000 del Soplao, Infierno cántabro, paraíso del deporte al aire libre
posteado en Ciclismo por Jon Pérez Feito
A Los 10.000 del Soplao se la conoce como “El infierno cántabro”, un título que podría parecer algo hiperbólico teniendo en cuenta que miles de personas se pasan el año contando cuántos días faltan para que dé comienzo una nueva edición. Y es que, si lo que te atrae es el reto, conocer tus propios límites y practicar deporte de alto nivel en un entorno incomparablemente bello, Los 10.000 del Soplao tiene más de paraíso que de infierno.
Cuando quedan apenas 24 horas para que dé comienzo su decimotercera edición, repasamos qué es lo que hace a esta prueba tan especial.
Qué es el infierno cántabro
Cuesta creer que Los 10.000 del Soplao nacieran hace no tanto, en 2007, con la participación de tan solo 425 valientes bikers. El hecho de que de ellos solo consiguieran terminar la prueba 160 dejó bien claro desde el principio que “El infierno cántabro” era un nombre más apropiado que el oficial.
Poco a poco, la noticia de la escabechina fue recorriendo los foros y ambientes de la bicicleta de montaña y, como no podía ser de otra forma, cada vez más locos de las dos ruedas quisieron comprobar qué había de realidad en ello. Así, para 2016, menos de una década después de su nacimiento, Los 10.000 del Soplao había crecido hasta romper la barrera mágica de los 10.000 participantes.
Una progresión tan fantástica no se explica simplemente por la dureza de la prueba o la belleza del entorno; lo cierto es que El infierno cántabro ha sabido crecer sin renunciar a su esencia y, trece ediciones después, sigue siendo la misma fiesta del deporte al aire libre, tan dura como divertida.
Eso sí, su desarrollo no se ha limitado al aumento en la afluencia de bikers; año tras año se han ido incorporando nuevas disciplinas con el fin de dar cabida a personas que utilizan el mismo escenario para actividades muy distintas y que, sin embargo, tienen en común el considerar este evento como uno de los más importantes del año. Hoy en día se puede afirmar que Los 10.000 del Soplao ya no es solamente una cita imprescindible para el mundo de la BTT, es una fiesta del deporte al aire libre en la que se pedalea, se corre, se camina y se nada. Y por supuesto se sufre y se disfruta a partes iguales. (Puedes consultar la lista de modalidades y pruebas al final de este artículo)
Este año, igual que en ediciones anteriores, la mayoría de los que se presenten en Cabezón de la Sal para ponerse a prueba serán aficionados a la BTT. Y es que el ciclismo de montaña sigue siendo el alma de los 10.000 del Soplao. De momento ya hay inscritos 4.600 bikers dispuestos a medirse con ascensiones tan duras como las del Moral, la Cruz de Fuentes o El Soplao. En esta edición, por primera vez, habrá participantes de todas y cada una de las provincias de España, aparte de la representación internacional (que también crece), en la que destacan los portugueses, franceses e ingleses.
Un evento solidario
Por supuesto, y sin ánimo de restar mérito a sus organizadores, gran parte del éxito de los 10.000 del Soplao se debe al espectacular escenario en el que tiene lugar la prueba. El terreno que circula bajo las ruedas y las zapatillas de los participantes pertenece a los parques naturales de Saja Besaya y de Oyambre, las Zonas de Especial Conservación de los ríos Saja y Nansa, la Sierra del Escudo de Cabuérniga y la Zona de Especial Protección de Aves Sierra del Cordel; es decir, algunos de los enclaves de mayor valor paisajístico y ecológico de Cantabria.
Con la intención de minimizar el impacto en el entorno de semejante afluencia de corredores durante el fin de semana de la prueba, desde el año pasado la organización de los 10.000 mantiene un convenio con SEO/Birdlife y Ecoembes, que se enmarca dentro del más amplio proyecto LIBERA. El objetivo es frenar la proliferación de lo que ambas asociaciones han bautizado como “basuraleza”, es decir, los residuos generados por los humanos y abandonados en la naturaleza.
Para ello se lleva a cabo una gran labor de concienciación antes y durante la prueba, además de otras medidas más expeditivas, como la descalificación automática de quienes depositen desperdicios fuera de las zonas habilitadas para ello.
Y la ecología no es la única cara solidaria que presenta El infierno cántabro. Desde hace varias ediciones también colaboran con la Fundación Vicente Ferrer con la iniciativa “Una pedalada, una bicicleta”. Con el dinero recaudado entre los participantes de la pasada edición se consiguió comprar más de 500 bicicletas para que los niños de las zonas rurales aisladas de Andhra Pradesh, en la India, cuenten con un medio de transporte para acudir a la escuela.
En definitiva, para las locos de las dos ruedas, los perfiles de etapa repletos de picos, los ulrtarunners, los triatletas, los marchadores y, en general, para todos aquellos que buscan la satisfacción por medio de la extenuación física, el infierno cántabro solo es un infierno durante un rato. El resto del fin de semana es una auténtica fiesta del deporte al aire libre y en la naturaleza. Una cita cada vez más ineludible para un buen montón de disciplinas deportivas. Concretamente estas diez:
Lista de pruebas en la XIII edición del Los 10.000 del Sopao
Carrera BTT: La prueba decana del Infierno Cántabro consiste en un recorrido rompepiernas en forma de ocho que, partiendo desde Cabezón de la Sal suma 163 kilómetros con un desnivel acumulado de 4.680 metros.
Ciclismo de carretera: Dividido a su vez en tres modalidades. Cicloturista (122 kms y 2.464 metros de desnivel), Clásica (231,4 kms y 7.914 metros de desnivel) y Gran Fondo (352 kms y 9.528 metros acumulados)
Ultramaratón: La prueba reina entre las que se celebran a pie también está dividida en tres niveles. Oro (112 kms y 4.724 metros acumulados), Plata (85,87 y 3.740 metros) y Bronce (76,04 y un acumulado de 3.312 mt.)
Maratón: La disciplina tradicional de la maratón tiene, en sentido estricto 42, 2 kilómetros, pero esto es “El Infierno cántabro” y, como no podía ser de otra forma, su maratón recorre 47,61 kilómetros, más de cinco agónicos kilómetros extra. Por supuesto, el desnivel es igualmente insólito, 1.831 metros.
Ruta a pie: Viene a ser la modalidad más tranquila del evento. Tranquila al estilo El Soplao, claro. Existen dos niveles de dificultad; la Oro, con 49 kilómetros y la Plata con 40.
Combinada de montaña: Pensada para los ironman/woman “de secano”. Esta prueba consiste en recorrer 70 kilómetros en bicicleta y después ponerse a correr una maratón tipo Soplao, es decir, 6 kilómetros más larga que la tradicional olímpica.
Soplaoman/woman: Para los habituales en las pruebas ironman al uso, es decir, incluyendo la parte de natación, el Soplao cuenta con una ordalía que incluye 111 kilómetros en bici, 76 corriendo y 10 nadando. No hace falta decir que esta prueba no está pensada para el ser humano común.
10 kms aguas abiertas: La carrera de natación de 10 kilómetros en aguas abiertas puede disputarse por separado como una única prueba.
EBike: El infierno cántabro también tiene cabida para los amantes de la BTT eléctrica. El recorrido, en este caso, es el mismo que para la carrera de BTT tradicional, pero con una clasificación separada.
Ruta adaptada: Este año, como novedad, se han incorporado dos recorridos especiales para quienes conviven con alguna discapacidad física o intelectual. El primero es un recorrido de senderismo inclusivo (28,52 kms y 1,214 acumulados) y el segundo, más corto, consiste en recorrer 9,6 kms y 59 acumulados, y está pensado para deportistas con movilidad reducida.